jueves, mayo 03, 2012

Libre

El humo del cigarro escapaba libremente mientras miraba embelesado la puesta de sol, poco a poco el tabaco se había ido consumiendo, el claro cielo primaveral dejaba una mágica estampa de colores naranjas, azules y verdes. Un limpio aire entraba por el enorme ventanal abierto, agitando su enmarañado cabello, sus ojos, fijos aun en el ocaso reflejaban una certeza, la de quien por fin se siente libre, fuera de toda restricción o atadura. La noche comenzó a despertar, primero perezosamente, luego animadamente, las titilantes estrellas lucían sus mejores galas, y sus ojos, ahora fijos en el firmamento se embebían de ellas. Parpadeó, retrocediendo una vida entera, recordó cuando alegremente se fascinaba con el simple vuelo de un mosquito, cuando la tela de una araña era la más mágica de las tejeduras, cuando la luna recortada entre los árboles creaba por si sola un mundo nuevo a cada instante... Tiempos pasados, recuerdos inventados, emociones olvidadas, eran los brillantes mensajes que su mirada devolvía al firmamento, cuestiones evanescentes que libremente se fundían con el cosmos...

Allí, sobre la noche estrellada, volvía a ser libre, una vez mas, como siempre fue, libre para contemplarlo todo y maravillarse una vez más, viajar entre eones, sin cuerpo ni consistencia, una ráfaga de existencia pura, indefiniblemente definida...

La noche avanzaba en una acompasada danza de astros sobre una apasionada melodía sin notas...

Solo, simple y llanamente solo, no necesitaba nada más, sus pupilas ya acostumbradas a la oscuridad le deleitaban con dulces estímulos, una inmensidad asomando en un pequeño rincón, contenerlo todo en un pequeño bolsillo, y sin embargo escapar de el, difícil de traslucir en palabras, tan difícil como describir la realidad.

La luz ya pronto llegaría y no debería pillarlo allí, dejo caer la fría y seca colilla de sus dedos, y tensándose como la cuerda de un arpa, se dispuso a dejar aquel lugar definitivamente, primero fueron sus iris, luego sus cristalinos, seguidos de los tejidos circundantes, nubes vaporosas de electrones sustituían la materia para fundirse con su alrededor, y antes de que el primer rayo de luz tocase su antigua ubicación, ya no estaba...


Potentes rayos solares iluminaban un verde y solitario mundo, lleno de marmóreas ciudades... vacías... esperando a que el continuo viento las transportara junto a sus antiguos amos...

2 comentarios:

Laurana dijo...

Paco, me ha gustado un monton!!! y me ha encantado el final!!! :))
Preciosas descripciones!!!!

Farsinoc Netirizam dijo...

^^ Gracias por leerme!!! Me alegra mucho que te gustaran las descripciones, ni yo mismo sabia como iba a ser el texto hasta que lo acabé, jejejeje :))