viernes, mayo 04, 2012

Duermevela

La noche lo cubría todo, no podía dormir, en el límite de mi percepción, algo llamaba imperiosamente mi atención, era como si miles de burbujas de colores inundaran la ciudad, sobre el tejado buscaba con la mirada una pista que seguir, ¿de donde salía tanta maravilla?.
A lo lejos, los gatos maullaban perezosamente, la danza de colores los calmaba, hoy cantarían viejas y agradables canciones, hoy nos deleitarían con recuerdos del otro mundo, desenterrarían espíritus perdidos y sueños olvidados, contarían sobre exóticas fragancias en bosques extraños...
Salté pensando que me estrellaría, pero llegué al otro lado, ríos enteros circulaban por las carreteras siendo navegados por diminutos barcos de luz, hojas crecían en las paredes dando cobijo a limpias luciérnagas azules, mientras, las rojas jugaban entre los tenderetes, revoloteaban alrededor de prendas multicolor, la gente no dormía, despiertos como yo, vibraban junto a la suave brisa y compartían su esencia entre todos...
Volví a percibir algo fuera de mi campo de visión, otra vez esa llamada, nervioso esta vez, volví a saltar, y esta vez, pensando que no caería, resbalé hasta el suelo, polvoriento y seco, de amargo sabor y consistencia basta, pequeñas mangostas se arrastraban lastimeramente, se devoraban unas a otras, se odiaban. Mientras, en el cielo, aves ciegas sin plumas chocaba incesantemente, explotando en sangrientas burbujas que rociaban con ácido allí donde caían, aquí, todos dormían tras vetustas paredes mientras sus pieles se arrugaban...
Desesperado volví a saltar, y para mi sorpresa ni caí ni me eleve, permanecí ingrávido, rodeado de una etérea nube ámbar, notas musicales como gotas de lluvia refrescaban mis oídos, mi corazón, hasta entonces desbocado por el miedo, se acompasó a esta fragante melodía, navegaba sin saber a donde, pero no me importaba pues sabía que mientras el tintineo no cesara nada podría ocurrirme...
Una suave voz me despertó, note como una cálida mano tocaba mis mejillas, abrí los ojos y no vi a nadie, seguía en mi tejado, solo en medio de la noche, ya nada se escondía detrás de mi percepción, ¿había sido un sueño? O la realidad, ¿soñaba ahora? Allí, de noche y entre los tejados me senté a pensar mientras un jovial gato que transitaba pareció reírse de mi...

2 comentarios:

Laurana dijo...

Me ha gustado muhisimo la idea, como cambia de lugar, y como varia el entorno!
;) Tremendo Paco!!!!!
(buena musica)

Farsinoc Netirizam dijo...

Muchisimas gracias!!!! Pero este relato se lo debo tanto al insomnio como a ti por.poner tan maravillosa melodia en face ;)