...en el oscuro pasaje de un libro me encontré, perdida el alma, perdida la noción de bien y mal, perdida la esperanza de un futuro, busqué y encontré, nada existe ni es real, sueños que se sueñan a si mismos, nieblas autosustentadas, así somos, gracias a eso podemos hacer cualquier cosa...
martes, mayo 29, 2012
Trapo
Granos multicolor flotaban por doquier, realizando una complicada y armónica danza en brazos del viento, esas diminutas y perfectas esferas se amontonaban en fantásticas dunas barridas por cálidos y secos aires, reflejando en su superficie la totalidad del espectro lumínico, cambiaban como azotadas por otra brisa, una mágica que les impelía ordenadamente a variar sus tonalidades por grupos, ofreciendo el aspecto de un caleidoscópico arcoiris.
Lentamente se puso de pie, se sentía torpe, como ajeno a su propio cuerpo, e inmediatamente descubrió por que... era de trapo, sus manos eran de gruesa y basta tela, rellena de lana, los remates, bastante pésimamente cosidos mostraban parte de su interioridad. Sus ojos dos esferas de alfiler, lisas, frías y perfectas, su boca de fieltro pegado dejaba salir una pequeña lengua de cuero tachonada al tejido interno de su espalda, y en su pecho, un bolsillo cerrado con un botón guardaba su viejo reloj de cuerda, que latía musical y acompasadamente...
No sabía como había llegado allí, y tampoco le importó, simplemente estaba, y sabía que no podía quedarse, tampoco sabía hacia donde dirigirse, pero cuando comenzó a moverse no vaciló, cualquier dirección era buena en aquel mágico desierto.
Pronto comenzó a atardecer, y la arena que le rodeaba empezó a perder su color, en el cielo los primeros astros despertaban de su diurno letargo, centelleaban con ilusión, sus hermanos pronto les acompañarían en el paseo nocturno por la bóveda celeste. Una extraña luna de cristal asomaba por el horizonte, estaba en fase decreciente, con su mentirosa y torva sonrisa burlona.
Fascinado por las maravillas que veía continuó caminando hacia ningún lugar en concreto, paro solo una vez para abrir el bolsillo de su pecho y darle cuerda a su mecánico corazón.
Cuando la luna yacía en todo lo alto, se topó con una inmensa sombra, parecía un árbol desprovisto de su copa, seco y marchito, al acercarse y tocarlo comprobó que su textura era similar a la de la galleta, partió una de sus secas ramas y el sonido le recordó a los desayunos de su infancia, y entonces supo que lo único que se necesitaba para que aquel tronco volviera a florecer era un poco de leche mezclado con las risas de un niño...
Se tumbó un largo rato bajo aquel enorme mastodonte, observó plácidamente el lento y sosegado caminar de las estrellas junto al sereno navegar de la luna, tal visión conmovió tanto su alma que sintió deseos de llorar, y sin siquiera proponérselo, se descubrió llorando dichosas lágrimas. Dulces y blancas lágrimas brotaron a raudales de sus oscuros y esféricos ojos, regando el lecho de aquel tostado tronco.
Cuando hubo acabado de brotar la última lágrima supo que debía continuar, se levantó y con paso tranquilo se alejo de allí, siguiendo tan solo un impulso y su propia y apremiante certeza.
Sus pies dejaban unos irregulares surcos sobre la arena, surcos que cuando eran dejados atrás escapaban invariablemente a su influjo y se dedicaban a campar a sus anchas, mas de una vez alguno le adelantó, llevándose como reprimenda una torva mirada.
Sin darse cuenta acabó frente a unas murallas, coronadas por sinceras almenas, protegidas por celosos e indómitos guardas de papel, la rodeó y se situó frente a sus puertas, allí, bajo la atenta y escrutadora mirada de sus guardianes esperó, al poco, estas se abrieron silenciosamente, dejando ver el interior de aquella susurrante ciudad.
Un fino, lento y melancólico sonido de trompeta flotaba sobre aquella ciudad, las puertas de sus casas estaban cerradas, apenas si salía luz por sus ventanas y olía a insomnio...
Sus habitantes le espiaban al pasar, preguntándose que demonios hacía allí, cuales eran sus intenciones o si debían hacer algo para detenerlo.
Paró delante de un inmenso edificio fabricado con corcho, las puertas cerradas, un cartel decía: !!SILENCIO!! Descolgó el cartel y penetró el umbral, dentro, había miles de estantes diseminados por cientos de estancias, todas ellas ocupadas por grises botellas. Se acerco a uno de los estantes más cercanos y cogiendo cuidadosamente una botella la destapó.
JAJEJIJOJUJAJEJIJOJUJAJEJIJOJUJAJEJIJOJUJAJEJIJOJU- brotó alegre del recipiente, y escapó como una exhalación por la puerta.
Furioso, comenzó a romper uno tras otro los cristalinos contenedores, dejando escapar una miríada de carcajadas, infantiles, maduras, graves, risueñas... de todos los tipos y texturas, profundas o superficiales, no paró hasta que solo quedo un recipiente, uno más grande que los demás, recubierto por una funda de la misma tela que lo recubría a él. Este no lo rompió, lo destapó y bebió todo su contenido, tras lo cual brotó de su boca de fieltro una larga, salvaje e hilarante risotada, los muros de corcho comenzaron a temblar y a resquebrajarse, su risa no cejaba por lo que la estructura comenzó a derrumbarse al no poder aguantar semejante presión.
La ciudad volvía a quedar al descubierto, pero ya no sonaba el melancólico lamento de trompeta, ahora retumbaban en sus muros las risas que retornaban a sus vecinos, empujándolos a salir a sus calles y comenzar a hacer piruetas, cabriolas y bailes.
Dejando a aquellas gentes con sus asuntos sin resolver se encaminó a las murallas y salió por la ahora destrozada puerta de entrada adentrándose nuevamente en la desértica noche.
La noche ya duraba demasiado, hasta las estrellas se habían cansado de su lento caminar, y la luna añoraba sus suaves sabanas, él también quería luz, las maravillas de la noche solo deben disfrutarse por un tiempo limitado, demasiado y todo pierde su color.
Sus pies lo llevaron a una montaña, enorme, como ninguna otra, negra como la obsidiana, y al igual que esta en su cuna, caliente, hirviente diríamos. Se detuvo frente a un insalvable e insondable acantilado que separaba el desierto de aquella titánica roca, abrió el bolsillo de su pecho, dio toda la cuerda que pudo a su fantástico y antiguo reloj, y dejó que se escurriera de entre sus manos hacia las abisales profundidades...
...quieto, sin movimiento ya, las multicolores arenas respetan un pequeño y sonriente cuerpo de trapo sentado bajo un frondoso árbol de galleta con hojas de chocolate, cuando el viento pasa por su boca parece convertirse en una larga, salvaje e hilarante risotada, de sus ojos brotan ríos de leche a la luz de los astros, mientras todo gira como un reloj...
martes, mayo 22, 2012
Libro
Dibujar estrellas con un pincel es tan sencillo como inhalar un soplo de aire, perderse en multitud de espacios desconocidos, absorto por una única idea, es ser libre sin medida, y todo ello en lo que se tarda pensarlo.
Aguardar al fin del tiempo es como escuchar tu melodía favorita, ser todos los personajes en uno, una dulce frivolidad recubierta de chocolate y desdibujar tu personalidad, el divertido juego de un niño.
Aguardar a que las tramas se enreden es bailar sobre plumas silvestres, orientarte en mágicos laberintos es como una apacible tarde de verano, inhalar el aroma de la fantasía es como una carcajada primordial, clara, pura y sincera.
Todo revestido de dulce y creativa tinta, incolora en su verdadera esencia, pero visible ante cualquiera.
Dulces campos regados por imposibles e insaboras fragancias, iluminados por miles y caleidoscópicos iris, ayudando a crecer bajo su luz a los mas bellas y aterradoras quimeras.
Comenzar el camino con un paso, y seguir sin pies hasta su resolución, ordenar los pensamientos en delgadas cajas de pelo, tocar el arpa sobre la tela de una araña y besar el embelesado sueño del viento. Una nota discordante, una nota concordante, ondas sobre el mismo lago, surcado por barquitos, secado por su papel y escurridos tras el ocaso de la luna.
Todo esto y más, esto es menos de lo que más podría decirse, pues para conocerlo hay que recorrerlo sin dilación, aguantando un suspiro para lanzarlo al final, y así conectar con un nuevo principio a través de ese puente.
Un tintero seco deja escapar lamentos en las canciones, pero uno lleno... uno lleno es la perfecta copa con la que iniciar y despedir la felicidad, inventada, real o espontánea.
Pergamino, tinta y perspectiva sin miedo son lo único necesario para crear una nueva realidad...
lunes, mayo 21, 2012
La Mazmorra
El sol solo llegaba por una estrecha rendija, e incluso parecía que este, tuviera miedo de entrar por si nunca mas pudiera volver a salir. El agua, era el único elemento que parecía encontrarse a gusto allí, incluso el aire se encontraba enrarecido.
En los días que estaba de buen humor, soñaba con escapar junto a uno de los escasos rayos de luz y rebotar juguetonamente contra las cálidas superficies de los seres vivientes que deambulaban por los contornos, calentar los vientos, reflejarse en los vívidos colores de una mariposa y posarse a descansar sobre la amable y sabia corteza de un árbol...
En los días en que su humor se ensombrecía, que eran prácticamente la mayoría, soñaba con ser el gélido aliento del tiempo y desgastarlo todo con su toque, los muros de la prisión, la tierra circundante, los cercanos bosques y arroyuelos. Soñaba con desgastar los mismos cimientos de la realidad para así acabar con su cautiverio...
Y algunos y extraños días recordaba vagamente como había acabado así...
Querido y adorado por todos, era la satisfacción colectiva, las ganas de vivir, la curiosidad y el sentido de las cosas, la gente lo adoraba, lo necesitaba, y él los colmaba con sus caricias, llenándolos de paz y felicidad.
Pero nunca tenían suficiente, y cuando los dejaba para ocuparse de alguien más necesitado, se irritaban, temían, envidiaban, con el tiempo algunos decidieron que no debían compartirlo, que solo ellos eran merecedores de sus atenciones, así que lo raptaron y decidieron guardarlo para ellos solos, comenzaron a construir su caja. Él intentaba disuadirlos, intentaba volver a hacerles felices, pero cuanto más lo intentaba, más los motivaba, tal era su extraño concepto de las cosas, más ansiaban ser únicos poseedores...
Al final, encerrado, sus carceleros y únicos visitantes se deleitaban sin medida de sus atenciones, pero aun no contentos comenzaron a confabular unos contra otros, perpetrando terribles asesinatos, hasta que al final ninguno quedo, ni siquiera para visitarlo...
Así pasaron los años, las décadas, los siglos, y en su caja aguardaba enloquecido por no poder cumplir su función, enloquecido por el injusto cautiverio, enloquecido por... enloquecido al fin y al cabo...
La mazmorra era fría, húmeda y lúgubre, como debe ser una mazmorra que se precie... la mazmorra no tenía paredes, ni suelo, ni techo, ni puertas, ni ventanas... la mazmorra ya solo estaba entretejida de sentimientos, costumbres y olvidos, y llevaba tanto tiempo encerrado que había olvido que ya podía salir...
viernes, mayo 04, 2012
Duermevela
A lo lejos, los gatos maullaban perezosamente, la danza de colores los calmaba, hoy cantarían viejas y agradables canciones, hoy nos deleitarían con recuerdos del otro mundo, desenterrarían espíritus perdidos y sueños olvidados, contarían sobre exóticas fragancias en bosques extraños...
Salté pensando que me estrellaría, pero llegué al otro lado, ríos enteros circulaban por las carreteras siendo navegados por diminutos barcos de luz, hojas crecían en las paredes dando cobijo a limpias luciérnagas azules, mientras, las rojas jugaban entre los tenderetes, revoloteaban alrededor de prendas multicolor, la gente no dormía, despiertos como yo, vibraban junto a la suave brisa y compartían su esencia entre todos...
Volví a percibir algo fuera de mi campo de visión, otra vez esa llamada, nervioso esta vez, volví a saltar, y esta vez, pensando que no caería, resbalé hasta el suelo, polvoriento y seco, de amargo sabor y consistencia basta, pequeñas mangostas se arrastraban lastimeramente, se devoraban unas a otras, se odiaban. Mientras, en el cielo, aves ciegas sin plumas chocaba incesantemente, explotando en sangrientas burbujas que rociaban con ácido allí donde caían, aquí, todos dormían tras vetustas paredes mientras sus pieles se arrugaban...
Desesperado volví a saltar, y para mi sorpresa ni caí ni me eleve, permanecí ingrávido, rodeado de una etérea nube ámbar, notas musicales como gotas de lluvia refrescaban mis oídos, mi corazón, hasta entonces desbocado por el miedo, se acompasó a esta fragante melodía, navegaba sin saber a donde, pero no me importaba pues sabía que mientras el tintineo no cesara nada podría ocurrirme...
Una suave voz me despertó, note como una cálida mano tocaba mis mejillas, abrí los ojos y no vi a nadie, seguía en mi tejado, solo en medio de la noche, ya nada se escondía detrás de mi percepción, ¿había sido un sueño? O la realidad, ¿soñaba ahora? Allí, de noche y entre los tejados me senté a pensar mientras un jovial gato que transitaba pareció reírse de mi...
jueves, mayo 03, 2012
Libre
El humo del cigarro escapaba libremente mientras miraba embelesado la puesta de sol, poco a poco el tabaco se había ido consumiendo, el claro cielo primaveral dejaba una mágica estampa de colores naranjas, azules y verdes. Un limpio aire entraba por el enorme ventanal abierto, agitando su enmarañado cabello, sus ojos, fijos aun en el ocaso reflejaban una certeza, la de quien por fin se siente libre, fuera de toda restricción o atadura. La noche comenzó a despertar, primero perezosamente, luego animadamente, las titilantes estrellas lucían sus mejores galas, y sus ojos, ahora fijos en el firmamento se embebían de ellas. Parpadeó, retrocediendo una vida entera, recordó cuando alegremente se fascinaba con el simple vuelo de un mosquito, cuando la tela de una araña era la más mágica de las tejeduras, cuando la luna recortada entre los árboles creaba por si sola un mundo nuevo a cada instante... Tiempos pasados, recuerdos inventados, emociones olvidadas, eran los brillantes mensajes que su mirada devolvía al firmamento, cuestiones evanescentes que libremente se fundían con el cosmos...
Allí, sobre la noche estrellada, volvía a ser libre, una vez mas, como siempre fue, libre para contemplarlo todo y maravillarse una vez más, viajar entre eones, sin cuerpo ni consistencia, una ráfaga de existencia pura, indefiniblemente definida...
La noche avanzaba en una acompasada danza de astros sobre una apasionada melodía sin notas...
Solo, simple y llanamente solo, no necesitaba nada más, sus pupilas ya acostumbradas a la oscuridad le deleitaban con dulces estímulos, una inmensidad asomando en un pequeño rincón, contenerlo todo en un pequeño bolsillo, y sin embargo escapar de el, difícil de traslucir en palabras, tan difícil como describir la realidad.
La luz ya pronto llegaría y no debería pillarlo allí, dejo caer la fría y seca colilla de sus dedos, y tensándose como la cuerda de un arpa, se dispuso a dejar aquel lugar definitivamente, primero fueron sus iris, luego sus cristalinos, seguidos de los tejidos circundantes, nubes vaporosas de electrones sustituían la materia para fundirse con su alrededor, y antes de que el primer rayo de luz tocase su antigua ubicación, ya no estaba...
Potentes rayos solares iluminaban un verde y solitario mundo, lleno de marmóreas ciudades... vacías... esperando a que el continuo viento las transportara junto a sus antiguos amos...
martes, mayo 01, 2012
Mi Castillo- La Realidad- La existencia
La realidad... la realidad es donde mato princesas y rescato dragones... la realidad... la realidad es donde las almas puras quedan contaminadas por ominosas patinas de podredumbre... la realidad... la realidad es un cruel muñeco del azar que te roba la ilusión día a día... la realidad... la realidad es el aullido lastimero de un pobre animal que es condenado por hacer lo que esta dentro de su naturaleza... la realidad... la realidad es la cruel intención de alargar una vida sin consentimiento... la realidad... la realidad es la irónica eutanasia del que solo quiere vivir en paz... la realidad... la realidad es la broma que te asesina sin apenas gracia... la realidad... la realidad esta formada por las mentiras de los necios, mentiras que incluso ellos se creen... la realidad... la realidad es un libro titulado: el perro de la guerra y el dolor del mundo... la realidad... la realidad es el ácido aguacero que quema nuestras ilusas cosechas... la realidad... la realidad es una puta amargada que te cobra por vivir...la realidad...la realidad es un barco de vapor navegando por un río de lágrimas...la realidad... la realidad esta maldita por el negro hechizo de nuestra desidia... la realidad... camino por la realidad embutido en mi ajada armadura, blandiendo mi mellada espada de esperanza e intento sobrevivir un día mas entero, lucho contra las sombras que me persiguen por sus calles... la realidad... lo mejor de la realidad... es que nunca puede contra mi castillo...
La existencia... la existencia es un inmenso mar de posibilidades cubierto por infinitas islas... la existencia... la existencia es esa brisa, libre, que no puede ser detenida por ningún muro... la existencia... la existencia es un firmamento tachonado de impredecibles estrellas... la existencia... la existencia es la oportunidad de definir un caos imparcial... la existencia... la existencia es un bolsillo sin fondo donde cabe todo estando vacío a la vez... la existencia...la existencia es despertar cada mañana en un nuevo estado sin agotarse jamas... la existencia... la existencia es el mágico conejo que sale de una chistera con forma cónica... la existencia... la existencia es sin ser mas de lo que debe ser... la existencia... surco el galimatías de sus aguas todos los días, sorprendiéndome a cada instante y moldeando mi dúctil esencia...lo que más me gusta de la existencia... es el apasionante pulso entre mi castillo y la realidad...