Aquella frondosa puerta escondía innumerables secretos, por eso no estaba guardada, inimaginables horrores pasaron por su mente mientras se acercaba, no podía remediarlo, arrastrado por una emoción irreprimible, seguía con paso firme hacia el umbral. Una vez delante, su mente dejo de trabajar, solo podía pensar en traspasarlas, nada era más importante en su vida, salvo lo que iba a encontrar tras ellas, carente de otras emociones salvo una irrefrenable curiosidad, empujó la suave y firme hoja, esta, sin apenas hacer ruido cedió a la presión y se deslizo sobre el marco, dejando una abertura por la que podía pasar...
La estancia era pequeña y deslucida, todo lo contrario que el exterior, magnifico, frondoso y elaborado, una sugerencia a la clase de secretos que guardaba en su interior, su corazón se detuvo en un latido, aquella triste, gris y reducida estancia de piedra no contenía nada, salvo polvo y años, sus esfuerzos,todo el tiempo de dedicación, las noches en vela persiguiendo una obsesión, todo eso y más ahora caían sobre sus hombros encorvándolo, drenándole las pocas fuerzas que le restaban.
Su vida carecía ya de sentido, todo ese esfuerzo fútil, arriesgándolo todo, para que una vez conseguido el objetivo no hubiera nada, ni siquiera insatisfacción, solo vacío, como la sala, vacía...
Cuando era niño solía perseguir a su padre con mil preguntas sobre el mundo, cuando no se las contestaba, acosaba a otras personas, su curiosidad era insaciable, quería saberlo todo, cada secreto escondido, cada explicación de la realidad, sentir cada emoción, vivir todas las posibilidades de la vida, por eso cuando tuvo edad, partió, en busca del conocimiento, unas veces lo gano, otras lo robo, otras simplemente se lo encontró, pero viajo insaciable en busca del sentido de las cosas, navego mares imposibles, surco cielos inventados, hablo con los muertos y soñó con el infinito...
En el límite del mundo encontró una pista, la cámara del conocimiento total, decían los grabados que en ella un viejo dios errante encerró, el total de los conocimientos y emociones que habían en el mundo. Desde entonces espoleado por el tiempo, dedico su existencia a buscarla...
Viejo y ultrajado, ya al borde de su último suspiro comprendió las enseñanzas del gran errante, nunca podrás aprenderlo o sentirlo todo, por que no hay nada...
2 comentarios:
Muy buen relato Paco! Ya sabes que tu y yo tenemos puntos de vista distintos sobre la vida, pero me ha encantado el escrito!!!!!
Gracias ^^!!!! Eso es lo divertido, si todos pensaramos igual, esto sería un tedio!!!!
Publicar un comentario