martes, diciembre 19, 2006

Pensamientos

Perdidos en los rincones se hallaban, no existían pero sin embargo estaban allí, como un recuerdo mal suprimido, observando todo a su alrededor, ajenos a cuantos les rodeaban y sin embargo muy atentos. Los dorados rayos del sol les atravesaban, sin embargo proyectaban una inmensa sombra, capaz de envolver un mundo con ella, y mientras, todo discurría, un río sereno en la superficie pero revuelto en los fondos.

Sus cabellos se enredaban en las aceras, pisos, vehículos, animales, vidas, cruzándose magistralmente, creando un invisible dibujo lleno de magníficos matices, matices en movimiento perpetuo, hebras con vida propia, reflejando en su movimiento lo más íntimo. Sus ojos vacíos brillaban con estrellas, atravesando los objetos, las máscaras, las almas, cambiando lo observado impasiblemente, irremediablemente. Sus etéreas manos acarician el viento, los susurros y agarran la imaginación deformándola, reformándola o simplemente jugando. Sus oídos recibiendo las voces infinitas ancladas en el tiempo, retrasmisiones fuera de cualquier onda o sintonía. Su olfato notaba el olor a sueños, limpio, refrescante, alentador. Todo mientras sus bocas cantan con voces ilusorias, cantan y cautivan, su melodía hace palpitar los corazones, acerca el sol a la tierra y arranca de sus llamas un calor en el cual todos están dispuestos a perecer, sin miedo, con resolución, pensando en el mañana donde nunca se llega, bailar una melodía infinita mediante finitos medios, tarareando lo que no existe pero siempre esa allí.

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