lunes, diciembre 11, 2006

IRA

Perdida en un profundo abismo, repleto de arena, de nieve, de tiempo… Cenizas secas de crepitar que despiertan con suave roce el río vital palpitante tras una bomba, el infinito se acerca y la nada se aleja, los destellos del sol ya no ciegan, el viento no detiene al movimiento, caen como losas las pesadas mantas que cubren un estigma inolvidable. Perdida ya toda razón no queda sino danzar ante el vigoroso impulso, seductor, irresistible. Lenta pero firme surge una melodía desafiante, jovial a veces, terrible, siempre seguir por el bosque no salva la situación, hay que derribar los árboles, soltar el rugido y evitar la caricia tentadora del poder, poder que asfixia, que te matará, que te dará vida y que nunca te soltará…

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