Sencillamente aquello era imposible, la luz entraba por todas las ventanas, los pájaros ya hacía rato que habían alzado su cantarina voz al roció, los perros esperaban ansiosos a que les sacaran a pasear, los semáforos regulaban la circulación, los motores de los coches deseaban comenzar la combustión de sus tareas, las farolas se habían sumido en un largo y diurno sueño, y las cocinas comenzaban ya a impacientarse por la falta de actividad. Pero nada ocurría, pese a no ser ya de noche todo dormitaba a la espera de la fuerza que los dirigiera a su acostumbrado movimiento. El tiempo pasaba, así que tan solo aquellos que disponían de voluntad y curiosidad decidieron investigar por que no ocurría nada, con los collares en la boca las mascotas buscaban a sus amos, buscaron sin descanso, salieron de las casas, se congregaron, recorrieron los frondosos parques recubiertos de flores, preguntaron a las aves, las ardillas, los insectos, todo sin lograr nada, la quietud solo era rota por su presencia, las puertas cerradas, los tejados vacíos, el asfalto frío y desnudo ampliamente desocupado, los lechos desiertos, yermas las oficinas y lugares de ocio. El tiempo pasaba, y el sol contemplaba desde arriba el espectáculo, mudo, imperturbable, pronto se encontró con la luna y le cedió a esta el puesto de vigilante, mientras los fieles compañeros de la humanidad seguían preocupados por estos, en su interior latía con más fuerza el vínculo que los había unido durante generaciones, aullaron, maullaron, piaron, e incluso hablaron a la gran viajera que era la luna, mas esta no respondió, pues no era tal su costumbre, siguió con su ronda hasta devolverle el testigo al sol. Así paso el tiempo, pronto los sin voluntad cayeron presa pacíficamente de lo salvaje, las casas desaparecían bajo un nube de hojarasca, helecho, o espino, los antiguos socios comenzaron a olvidar el antiguo lazo impulsados por una fuerza mas antigua y poderosa, los giros se sucedieron, y en un parpadeo del sol y las estrellas, lo que una vez fue se transformó en recuerdo, y luego se evaporo como las gotas de agua ante el sol…
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